Sin duda alguna la rotura de nuestro vehículo se convierte en un plato de mal gusto que nadie queremos probar ya no solo porque debemos quedarnos sin él unos días sino por lo desagradable que resulta el tener que esperar a que nos digan cuanto nos va a costar. En tiempos difíciles las facturas importan bastante y vemos como sin querer entramos en un bucle en el que ni vamos para delante ni para atrás, evidentemente procuramos ante todo buscar un taller en el que no nos vean cara de tontos e intenten cobrarnos nuestra pieza y la del vecino, aunque resulta difícil viendo cómo vivimos en un país donde los primeros que nos dan ejemplo de honradez son los políticos, por lo que prevemos que será una tarea más bien difícil. En primer lugar es mejor preguntar a cualquier amigo seguro que sabe de algún sitio de confianza al que poder acudir, un sitio bueno mirará el coche y después sabiendo lo que tiene nos hará un presupuesto con el coste de la pieza, mano de obra y el IVA incluido para que sepamos lo que va a costar el global.
Después si se nos va de presupuesto nos dará incluso algunas opciones a las que poder recurrir como hacer uso de las piezas usadas que nos vende un desguace, a pesar de parecernos un poco atrevida la idea deberemos saber que hoy en día es sin duda lo que se lleva, los recambios usados van subiendo como la espuma y están demostrando dar muy buenos resultados. Claro tenemos la opción de no complicarnos en absoluto y que el taller se encargue de todo y que cuando nos llame sea para decirnos que el coche ya está arreglado o tenemos incluso la opción de acudir a un sitio como reciclaperezoso.com donde podemos seleccionar la pieza que queramos sin necesidad incluso de ir en persona sino más bien haciendo uso de sus servicios online.
Quizás hace unos cuantos años nos resultaba algo difícil encontrar desguaces buenos en este país pero por suerte a día de hoy tanto de manera física como de manera online los tenemos casi en bandeja para hacer un buen uso de ellos, desguaces homologados que hacen que las averías se vean de otro modo y que ese plato de mal gusto del que hablaba antes se convierta en uno por lo menos pasable.